domingo, 25 de noviembre de 2012

Happy fifty!

Y a lo tonto, a lo tonto me ha cumplido 50 "tacos". 
Mi recuerdo más antiguo de él debe remontarse a mis cuatro y sus once: Yo un mico que apenas empezaba a andar (ya sabéis, para algunas cosas preferí tomarme mi tiempo) y él un pollo pre-adolescente que aún se preguntaba qué demonios hacía ese pedacito de carne que llegó cuando él era el príncipe absoluto de su casa para destronarle con sus lloriqueos, sus "tullideces" y su condición de "la niña". Pero se lo tomó muy bien para lo que podía haber sido.

Le recuerdo siempre a mi lado por mucho que le incordiara. Me gustaba acompañarle cuando estudiaba y me iba a su habitación aun cuando la mía también tenía secreter, flexo y todo lo necesario. Pero la suya tenía luz natural y, sobre todo, calidez. Por mucho que me regañara cuando en aquellos problemas de matemáticas que él intentaba explicarme yo no diera ni una, yo prefería mil veces aprenderme el catecismo de "memorieta" a su lado e ir a que me tomara la lección (recién aprendida) y que me dijera: "Vale,  ahora te vas y te esperas media hora a que te pregunte"....Grrrrrr. 
Aun recuerdo lo mal que me sentaba. ¡No era justo! ¡Yo me había aprendido lo de "Dios es nuestro Padre, creador y señor de todas las cosas...." para que me lo preguntara en ese momento.... ¡¡¡no media hora después!! Siempre fue listo.

Le recuerdo prudente con mis primeros amores. Sabedor de los que eran (decenas a la semana) observaba y callaba ante unos papis a veces excesivamente protectores e intentaba ocultar algún "desliz etílico" sin dar, jamás, ningún sermón ni reprimenda posterior.

Le recuerdo protector y cálido cuando se fue él y luego se fue ella. Siempre a a la distancia correcta, sin agobiar ni ser distante. Donde tenía que estar, donde él sabía que debía estar. 

Como se comportó conmigo se comporta ahora como padre: Divertido, mediador, interlocutor, paciente, recto, cariñoso, reflexivo, ganso, influyente y protector en su justa medida. Ellos tienen la inmensa suerte de disfrutar de algo parecido a lo que yo viví... una habitación con un flexo cálido al que acudir cuando hay una duda, un secreter en el que exponer un problema de matemáticas o de la vida, un abrazo inmenso que consuele de un día un poco gris o una risa floja que te haga llorar de la idem. Ellos y yo tenemos la misma suerte.
Y ella siempre a su lado. Siempre al mío también. Sin concebir nada de esto sin ti.

Y a lo tonto, a lo tonto me ha cumplido 50 años que, realmente, son 43... los que yo tengo, los que hace que le conozco, los que hace que le disfruto, vivo y comparto. Los que hace que le quiero.

Y quiero quererle muchos lustros más.

1 comentario:

  1. Lo d ls errts es probble q sa pq ls lagrms m impidn ver bin. Exageracins de henmana. Y TB TE QURO. sNFIS.

    ResponderEliminar