domingo, 2 de octubre de 2011

Segunda gatada

Domingo 8.30 de la mañana. Duermen todos. Apenas se oye algún pajarraco con su obstinado "uh, uh, uh" y un coche a lo lejos. Me encanta esta hora, y antes incluso, de este día de la semana. Te sientes reina de un silencio que rompo de forma tiránica con los clicks monótonos del teclado, "tikitik titikat, tikitik, tikitak". Sólo el zumbido del ordenador perturba esta mañana de octubre. Otoño, tan odiado siempre, es ahora sólo un mes más del calendario. Atrás quedaron pajarracos inmundos que graznaban todas las mañanas, y todas las noches y mediodías. No es que ahora no graznen pero, cuando los oigo, les descerrajo un par de olvidos.
Quiero el frío ya. El calor ya lo ponemos nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario