lunes, 19 de diciembre de 2011

Si se va....

Cuando pierdes a alguien que aún vive, no puedes evitar que te inunde la tristeza, e incluso la sensación de fracaso. Si pierdes a alguien que se va al infinito, nada hay que puedas hacer.
Pero perder a alguien a quien puedes ver al día siguiente te desgarra el alma, te descoloca, te desequilibra. ¿Qué decir? ¿Cómo saludar? ¿Un par de besos? ¿La mano?¿ Una sonrisa nerviosa?¿Un saludo gélido? ¿Un.. "recuerdo lo que fuimos y nunca más seremos"? Ese encuentro queda en suspenso, una mirada que no sabe dónde mirar, un cruce de recuerdos intensos que sólo entienden los dos participantes del olvido, la conciencia de saber que nada será igual, que los momentos vividos quedarán en el recuerdo de alguno de los dos miembros pero, probablemente, nunca en los dos, y nunca con la misma intensidad.
Decepción, dolor, fracaso....miedo.
"¿Fuiste tú la/el culpable o lo fui yo?" Da igual, Alaska. El encuentro posterior al olvido ignora culpables; sólo es eso, olvido: Triste, desgarrador, castrante...y poco esperanzador.

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por la capacidad de convertirte y reciclarte. Ser capaz de brincar de la ternura al arrebato y de la épica al desgarro está al alcance de muy pocos. Placer de leerla, señora.

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