Es curioso cómo una melodía puede sacar de ti lo que no sale fácilmente. La escuchas y, de repente, salen miles de palabras en forma de sentimientos (o de sentimientos en forma de palabras) y las teclas se vuelven locas ante el avance de tus dedos. Nunca he necesitado de la música. Conozco gente que tiene una banda sonora por vida, que no sabe hacer nada sin música de fondo; yo prefiero el silencio (para música ya tengo la de mis pensamientos, que conforman el día a día de mi vida). Pero cuando, como digo, surge una melodía en concreto, una música, una canción...saltan emociones, recuerdos, tristezas y alegrías que conformaron un algo-entonces-o forman un algo-ahora-y hay que dejar que las manos, los dedos, expresen lo que quiere decir el corazón o la razón.
Y al contrario también. La música que acompañe a un momento en concreto quedará asociado a él de por vida. Cada vez que recuerdes esa música, recordarás ese momento, esas personas, esas caras o esas vidas. Y cada vez que pienses en esas personas que pasaron, o están aún en tu vida, sonara la banda sonora que las acompañó mientras te acompañaron..quizá sólo en un momento, quizá, no sé, a lo largo de un tiempo.
Y si se fueron y no volvieron, dolerá.
Pero si aún siguen...será la mejor melodía de tu vida.
(Fortitude)
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